La Asociación Rural del Uruguay decidió alertar ayer sobre la situación del sector agrícola, argumentando sobre la necesidad de que se tomen medidas urgentes para evitar un retroceso y la consecuente repercusión en el achique de áreas sembradas. Para explicar lo sucedido, manejan cinco causas fundamentales.
El sector agrícola ha estado sufriendo en los últimos años una significativa pérdida de competitividad, provocando una importante disminución de ingresos para la economía de nuestro país.
No se visualiza en un futuro cercano una recuperación de los precios de los granos. Si no se toman medidas urgentes, el deterioro continuará desmotivando la inversión y provocando un retroceso en las fronteras agrícolas, dejando a las zonas alejadas de los puertos fuera del rubro, provocando una disminución de las áreas sembradas, marginando a productores y reduciendo considerablemente las fuentes de trabajo.
Todo esto, como ya expresamos, en mayor perjuicio de nuestra sociedad.
Esto se debe a múltiples factores entre los cuales podemos mencionar:
Evolución de costos y rentabilidades:
• Atraso cambiario, tema ya presente y analizado tanto por la sociedad técnica como por la sociedad en general
• Costos energéticos muy altos desfasados de la región y por ende de nuestros competidores; tema insumo que afecta tanto en la producción directa en el campo, como en los fletes y también en la fase industrial de los distintos procesamientos. Si bien ha habido una disminución de los costos del gas-oíl este ha sido absolutamente insuficiente.
• Estas políticas provocan que cultivos tradicionales como el trigo y el arroz, se realicen en el umbral de la relación costo beneficio, con un altísimo riesgo en el resultado económico lo que ha determinado varias zafras a pérdida. Como resultado cada año se siembra menos área. En el caso de la soja, en la última zafra se logró una producción récord, pero la rentabilidad final fue apenas positiva.
Con un año climático promedio los números hubieran sido rojos.
• La incidencia del costo del combustible en el transporte de carga carretero determina que aquellas zonas más alejadas de los puertos queden fuera del negocio agrícola, impactando directamente en puestos de trabajo genuinos.